En lo alto del Cerro del Cuerno, se erigen los últimos restos de lo que fue una gran fortaleza castrense en la vanguardia aftasí de Badajoz y de la que hoy sólo se conservan los muros perimetrales. El recinto está jalonado con cinco cubos semicilíndricos macizos, de los que aún se pueden identificar algunos restos. Hacia el noreste, lo que pudo haber sido la Torre del Homenaje, hoy sólo son ruinas.
Los orígenes de la actual Fuentes de León se remontan a la época medieval. La ocupación árabe de la baja Extremadura fue lenta y de está data el primer nombre del lugar, Alcubilla,que significa arcada o fuente de agua. Otros, basándose en la tradición, datan su origen en la ocupación por Pelay Pérez Correa en el siglo XIII, estableciendo un nucleo en las inmediaciones de una fuente llamada del Judío. Por su peculiar ubicación y por la pertenencia a la Orden de Santiago, adquirió su apelativo de Fuentes de León.
De su pasado almohade destaca su Castillo del Cuerno, situado en la Sierra de Santa Marina. La fortaleza tiene un origen prerromano. Pero lo abrupto de su emplazamiento, así como la dificultad de su acceso, la convierten en una importante y atractiva defensa almohade en el siglo IX que junto con el Castillo de Aracena acaba siendo el último reducto de resistencia musulmana de la zona. La subida por la Sierra de Santa Marina hasta el Castillo es angosta, entre olivos, cornicabras e intensos olores a orégano y manzanilla, empedradas la senda en roja arcilla, casi inaccesible, se corona el Castillo en ruinas. La fortaleza medieval se convierte en un lugar privilegiado para contemplar bellos parajes, destacando la llamada “Piedra del Águila”, observatorio privilegiado de aves como lechuzas, milanos o cigüeñas negras entre otras.