¿Qué relación guardan Cervantes y Picasso? Dos grandes de la creación en España, separados por tres siglos, que criticaron los pecados nacionales de los españoles, uno a través de la pluma y otro con la pintura, retratando la cruda realidad. Morfeo Teatro ha unido a estos dos genios del arte en ‘El retablo de las maravillas’, una obra que el público podrá disfrutar el 30 de octubre a las 21:00 horas en el Teatro López de Ayala dentro del 39 Festival de Teatro de Badajoz.
Este montaje es una continuidad del trabajo que Morfeo Teatro realizó, bajo la dirección y dramaturgia de Francisco Negro, con el pensamiento político y social de Quevedo en su anterior espectáculo, ‘La escuela de los vicios’. Ahora recupera el pensamiento humanista y crítico de Cervantes a través de su entremés ‘El retablo de las maravillas’ y otras piezas breves. “Esto da como resultado una disparatada sátira en la que se resaltan las virtudes y las grandes reflexiones de este genio del Siglo de Oro respecto a la sociedad de su época y que nos sirve también de reflejo de la nuestra”, explica el director.
En ambos pensamientos e ideales, tanto en el de Quevedo como en el Cervantes, los gobernantes y los políticos no salen muy bien parados. ‘El retablo de las maravillas’ retrata “los pecados nacionales de nuestros gobernantes, pasados y actuales” al estilo de Morfeo Teatro, una compañía especializada en acercar clásicos al público, “no clásicos complacientes y amables sino clásicos que tienen opinión y una respuesta intelectual para el espectador”. Todo ello acompañado de un vanguardista sentido de la puesta en escena.
“Es una crítica social de los gobernantes de la época y también a los nuestros, de sus abusos y corruptelas, algo que lamentablemente no sólo no ha cambiado sino que se ha perfeccionado”, según Francisco Negro, quien asegura que es algo que está en el instinto de las personas, “la inmensa mayoría nace honesta, y luego hay un porcentaje que no lo es y abusa de la honestidad de los demás, y aunque son menos son muy escandalosos y se les ve mucho. En la sociedad de Cervantes ocurría y también en el siglo XXI”.
¿Y cuáles son esos “pecados nacionales”? Para el director de ‘El retablo de las maravillas’ son la envidia y la avaricia, “dos muy malas afecciones”. Sin embargo, en la obra no hay alusiones directas a políticos de hoy, “es innecesario porque todo el mundo pone nombres a quien quiere poner nombres”, señala. Y no lo hace sobre todo por respetar al autor y no introducir cosas fuera de contexto. “Lo que dice Cervanteses sobradamente inteligente y mordaz como para que el espectador reconozca a quien quiere conocer”, añade.
‘El retablo de las maravillas’ es, sin duda, un homenaje que Morfeo Teatro rinde a Cervantes, no sólo por el cuarto centenario de su muerte “sino porque poquísimos autores lo pueden merecer tanto como este hombre que sabemos que murió pobre y olvidado, y aunque murió pobre nos hizo ricos a todos”, según el director de la compañía.
El Guernica en ‘El retablo de las maravillas’
En la obra aparece sorpresivamente Cervantes, al que da vida el actor Joan Llaneras (Premio Ercilla de Teatro), que ha trabajado con los más grandes de la escena nacional e internacional, como Adolfo Marsillach, Francisco Nieva, Nuria Espert o Lindsay Kemp. ¿Y en qué estancia se podría meter a un pensador como Cervantes? “Pues lo metimos en el cuarto más famoso de la historia de la pintura, el Guernica de Pablo Picasso”, relata Francisco Negro. Para ello, la compañía se ha inspirado en este cuadro para crear un espacio escénico en el que ha desprovisto al Guernica de personajes para colocar en él a los personajes cervantinos, con el vestuario de la época. Y es en este espacio en el que han unido dos universos y a dos grandes del arte español.
Joan Llaneras se suma al elenco de actores habitual de Morfeo Teatro, formado por Francisco Negro, Mayte Bona, Felipe Santiago, Adolfo Pastor, Santiago Nogués y Mamen Godoy. Todos ellos ponen en escena el conocido entremés de Cervantes, en el que los mandatarios de un pueblo, ante un Retablo vacío mostrado por unos cómicos, y aparentemente mágico por no enseñar nada a sucios de sangre o bastardos, simulan ver lo que no ven para demostrar que son “gentes de bien nacer”.
Además de este entremés, se han incluido en la adaptación una cuidada selección de fragmentos de diversas obras cervantinas que dan coherencia dramática al conjunto de la obra, entre ellos ‘La elección de los alcaldes de Daganzo’ o ‘El juez de los divorcios’. “Todo ello está hilado de manera que no se note la torpeza del dramatista para que brille el talento del autor”, señala.
Fuente; Teatro López de Ayala