Tierra, agua, aire y fuego, elementos de vida sencilla.
Asfalto, contaminación y máquinas, elementos de vida moderna.
Juan, un hombre que siembra su mundo a golpe de azada…un mundo llamado “Huerto Piloto”.
El documental narra al fin y al cabo la vida..la vida de un hombre en este caso, una persona que después de años de trabajo decide que su vida no se acaba en un asilo, o en casa sentado en el sofa sino dandole vida al cuerpo, trabajando la tierra, una tierra de nadie. Entre una acequia y una carretera ha creado una franja de vida, verde, o de colores según lo que siembre. No es tanto para sobrevivir como para darse vida. Como el dice.. “hay que ir en favor del cuerpo, lo que el te pida”. Amigos, familia, curiosos, todos miran, hablan y claro que le piden tomates, sandía, melones, garbanzos, lechugas… según la temporada, según las ganas de sembrar. Una tierra de nadie que es a su vez una tierra de todos y por lo tanto su tierra. Una tierra bien aprovechada que ya se aprovechará la tierra de nosotros cuando nos toque, pero mientras esa cuneta, ese trocito de tierra es un huerto, “El Huerto Piloto” como lo llaman todos, incluso le pintaron el nombre en la acequia y las autoridades se la hicieron borrar…¡cosas que pasán!. Un hombre que decide seguir una vida sencilla, sin vicios, trabajando de sol a sol y de nube en nube, quizás con alguna lluvia. Moto de casa al huerto y del huerto a casa…su lucha diaria, su manera de alimentar su espíritu entre una carretera, una franja de huerto y una acequia de donde coger agua fresca para regar sus sueños, sus quehaceres, su vida en la tierra de los hombres sin vicios, luchando por su “Huerto Piloto”.
Gracias Juan.